- Los lugares de trabajo, como cualquier grupo humano, se ven favorecidos por la diversidad y la amplitud.
- Empresarios y dueños de empresas deben fomentar esta diversidad con acciones concretas.
- Las políticas de contratación son las principales herramientas a la hora de permitir o no la diversidad, pero no las únicas.
El mundo actual, sin barreras, globalizado y tan amplio como sea posible, es un claro reflejo de las sociedades contemporáneas. En ellas la diversidad es fácilmente constatable, e incluso, perseguida por gran parte de los actores sociales.
Las empresas modernas deben ser un reflejo de esta diversidad y promover la integración de todo tipo de trabajadores. Esta diversidad debe darse tanto en términos de género como de edad, raza, orientación sexual, religión, nacionalidad e incluso formación.
Al garantizarla los empleadores se aseguran un entorno de trabajo heterogéneo, en el que todos los actores puedan aportar su perspectiva. De este modo, transforman a las empresas en espacios en los que pueden surgir diferentes soluciones para los mismos problemas, y por tanto, la creatividad se potencia.
¿Cómo fomentar la diversidad en los espacios de trabajo?
Las políticas de contratación son, quizá, las herramientas más evidentes al respecto. Aunque no las únicas.
Mediante estas es posible asegurar que la empresa contrate a los candidatos formando grupos de trabajo heterogéneos, eliminando la discriminación y los prejuicios en la contratación. Pero para lograrlo, se requiere compromiso y el establecimiento claro de dichas políticas.
Otra de las formas de asegurar y fomentar esta diversidad es mediante prácticas de los departamentos de Recursos Humanos en la redacción de ofertas de trabajo, y por consiguiente la selección de personal. Además, estos pueden ocuparse de la división de los equipos de trabajo y por tanto de la organización que día a día reflejará la diversidad de la empresa.
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