viernes, 28 de abril de 2023

 La belleza y la moda no conocen la discapacidad  

https://www.yotambien.mx/actualidad/revista-vogue-lanza-una-edicion-de-personas-con-discapacidad/

 Históricamente, la moda ha tendido a pasar por alto a ciertos grupos o comunidades, y las personas con discapacidad (pcd) no son ajenas a la exclusión dentro de la industria. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una creciente conversación sobre la inclusión de la discapacidad en la moda. Las marcas de ropa adaptada finalmente están ganando reconocimiento general, y cada año vemos más modelos con discapacidad caminando por las pasarelas. 

Tres personas de talla baja en el interior de la revista Vogue

En 2019, se sintió como un gran avance cuando la fundadora y directora ejecutiva de Tilting the Lens, Sinéad Burke, se convirtió en la primera persona con una discapacidad visible en protagonizar la portada de Vogue británica. Sin embargo, Sinéad sabía que su trabajo estaba lejos de terminar.

¿Fue ese un momento o el comienzo de un movimiento? Más importante aún, ¿quién sería la próxima persona con discapacidad en la portada de Vogue?

“A menudo me pregunto si la industria de la moda se ha vuelto más accesible en los últimos años o si se ha vuelto más accesible para mí”, dice Sinéad.

“Para crear un cambio significativo, no debemos diseñar excepciones, sino vías y conductos”. 

El diseño adaptable y el casting inclusivo son importantes, pero el cambio sistémico debería conducir a una industria de la moda que no sólo incluya a las personas con discapacidad, sino que sea «más accesible para todos en cualquier momento de sus vidas».
Se avanzó de manera rápida en unos cuantos años. Sinéad y su equipo en Tilting the Lens se reúnen en la oficina de Edward Enninful en Vogue House, dice la presentación de la edición de abril 2023 que resulta cien por ciento accesible. 

“Fue uno de los momentos más surrealistas de toda mi vida”, recuerda Sinéad.

En ese entonces, la Vogue británica quería hablar sobre su ambición de “replantear la moda desde la perspectiva de la discapacidad”, y Tilting the Lens exploraba cómo podrían apoyar a la revista a lo largo de este proceso, como “facilitadores continuos del aprendizaje y la educación”. 

Sobre todo, quería deconstruir: “desaprender y realmente aprender junto con las personas con discapacidad cómo sería un tema más accesible, tanto en términos del problema físico en sí mismo como de las formas en que se pueden crear espacios seguros para que las personas con discapacidad participen en el proceso.

El lanzamiento de “Replantear la moda”

El 20 de abril de 2023, con la estrecha colaboración de Tilting the Lens, la Vogue británica lanzó ‘Reframing Fashion’: una edición de portafolio que destaca la justicia, la accesibilidad, la equidad, la interseccionalidad y el orgullo de las personas con discapacidad, con Sinéad Burke como editora consultora.

En una primicia histórica para la revista, y en un evento poco común para la publicación, la edición de mayo de 2023 está disponible en braille y en versión de audio, lo que hace que la revista sea más accesible para muchos.
La edición presenta cinco portadas diferentes, cada una protagonizada por un influyente creador de cambios en el mundo de la discapacidad: Selma Blair, Ellie Goldstein, Justina Miles, Aaron Rose Philip y la propia Sinéad.

Tres personas con discapacidad intelectual en el interior de la revista Vogue

“Es un sueño hecho realidad”, dice Aaron Rose Philip, un modelo estadounidense de Antigua que en 2018 se convirtió en la primera persona negra, transgénero y con discapacidad en ser firmada por una importante agencia de modelos. 

Para Aaron Rose, la nueva edición de la Vogue británica tiene un enorme peso cultural: “Es imperativo que la industria de la moda comprenda que las personas con discapacidad son importantes y contribuyen a la moda”.

Ellie Goldstein, una modelo británica con síndrome de Down, está de acuerdo en que “la experiencia fue surrealista e increíble”. Ellie, que ha trabajado con varias megamarcas, como Gucci, Nike y Adidas, es enfática: “El mundo necesita ver más modelos con síndrome de Down. Necesitamos ser vistos y representados. Somos iguales a los demás”.

La edición no sólo presenta sesiones de fotos y entrevistas con sus cinco estrellas de portada, sino también una serie de otros talentos y defensores de las personas con discapacidad, incluida la comediante Rosie Jones, el piloto de carreras Nicolas Hamilton y la abogada Jessikah Inaba, quien recientemente hizo historia como la primera mujer negra ciega de Gran Bretaña en ser llamada al Colegio de Abogados.

Con tal amplitud de talento con discapacidad, la revista se pregunta si ¿existe un vínculo entre la discapacidad y la creatividad?

Por Redacción Yo También

Históricamente, la moda ha tendido a pasar por alto a ciertos grupos o comunidades, y las personas con discapacidad (pcd) no son ajenas a la exclusión dentro de la industria. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una creciente conversación sobre la inclusión de la discapacidad en la moda. Las marcas de ropa adaptada finalmente están ganando reconocimiento general, y cada año vemos más modelos con discapacidad caminando por las pasarelas. 

Tres personas de talla baja en el interior de la revista Vogue

En 2019, se sintió como un gran avance cuando la fundadora y directora ejecutiva de Tilting the Lens, Sinéad Burke, se convirtió en la primera persona con una discapacidad visible en protagonizar la portada de Vogue británica. Sin embargo, Sinéad sabía que su trabajo estaba lejos de terminar.

¿Fue ese un momento o el comienzo de un movimiento? Más importante aún, ¿quién sería la próxima persona con discapacidad en la portada de Vogue?

“A menudo me pregunto si la industria de la moda se ha vuelto más accesible en los últimos años o si se ha vuelto más accesible para mí”, dice Sinéad.

“Para crear un cambio significativo, no debemos diseñar excepciones, sino vías y conductos”. 

El diseño adaptable y el casting inclusivo son importantes, pero el cambio sistémico debería conducir a una industria de la moda que no sólo incluya a las personas con discapacidad, sino que sea «más accesible para todos en cualquier momento de sus vidas».
Se avanzó de manera rápida en unos cuantos años. Sinéad y su equipo en Tilting the Lens se reúnen en la oficina de Edward Enninful en Vogue House, dice la presentación de la edición de abril 2023 que resulta cien por ciento accesible. 

“Fue uno de los momentos más surrealistas de toda mi vida”, recuerda Sinéad.

En ese entonces, la Vogue británica quería hablar sobre su ambición de “replantear la moda desde la perspectiva de la discapacidad”, y Tilting the Lens exploraba cómo podrían apoyar a la revista a lo largo de este proceso, como “facilitadores continuos del aprendizaje y la educación”. 

Sobre todo, quería deconstruir: “desaprender y realmente aprender junto con las personas con discapacidad cómo sería un tema más accesible, tanto en términos del problema físico en sí mismo como de las formas en que se pueden crear espacios seguros para que las personas con discapacidad participen en el proceso.

El lanzamiento de “Replantear la moda”

El 20 de abril de 2023, con la estrecha colaboración de Tilting the Lens, la Vogue británica lanzó ‘Reframing Fashion’: una edición de portafolio que destaca la justicia, la accesibilidad, la equidad, la interseccionalidad y el orgullo de las personas con discapacidad, con Sinéad Burke como editora consultora.

En una primicia histórica para la revista, y en un evento poco común para la publicación, la edición de mayo de 2023 está disponible en braille y en versión de audio, lo que hace que la revista sea más accesible para muchos.
La edición presenta cinco portadas diferentes, cada una protagonizada por un influyente creador de cambios en el mundo de la discapacidad: Selma Blair, Ellie Goldstein, Justina Miles, Aaron Rose Philip y la propia Sinéad.

Tres personas con discapacidad intelectual en el interior de la revista Vogue

“Es un sueño hecho realidad”, dice Aaron Rose Philip, un modelo estadounidense de Antigua que en 2018 se convirtió en la primera persona negra, transgénero y con discapacidad en ser firmada por una importante agencia de modelos. 

Para Aaron Rose, la nueva edición de la Vogue británica tiene un enorme peso cultural: “Es imperativo que la industria de la moda comprenda que las personas con discapacidad son importantes y contribuyen a la moda”.

Ellie Goldstein, una modelo británica con síndrome de Down, está de acuerdo en que “la experiencia fue surrealista e increíble”. Ellie, que ha trabajado con varias megamarcas, como Gucci, Nike y Adidas, es enfática: “El mundo necesita ver más modelos con síndrome de Down. Necesitamos ser vistos y representados. Somos iguales a los demás”.

La edición no sólo presenta sesiones de fotos y entrevistas con sus cinco estrellas de portada, sino también una serie de otros talentos y defensores de las personas con discapacidad, incluida la comediante Rosie Jones, el piloto de carreras Nicolas Hamilton y la abogada Jessikah Inaba, quien recientemente hizo historia como la primera mujer negra ciega de Gran Bretaña en ser llamada al Colegio de Abogados.

Con tal amplitud de talento con discapacidad, la revista se pregunta si ¿existe un vínculo entre la discapacidad y la creatividad?

Por Redacción Yo También

Históricamente, la moda ha tendido a pasar por alto a ciertos grupos o comunidades, y las personas con discapacidad (pcd) no son ajenas a la exclusión dentro de la industria. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una creciente conversación sobre la inclusión de la discapacidad en la moda. Las marcas de ropa adaptada finalmente están ganando reconocimiento general, y cada año vemos más modelos con discapacidad caminando por las pasarelas. 

Tres personas de talla baja en el interior de la revista Vogue

En 2019, se sintió como un gran avance cuando la fundadora y directora ejecutiva de Tilting the Lens, Sinéad Burke, se convirtió en la primera persona con una discapacidad visible en protagonizar la portada de Vogue británica. Sin embargo, Sinéad sabía que su trabajo estaba lejos de terminar.

¿Fue ese un momento o el comienzo de un movimiento? Más importante aún, ¿quién sería la próxima persona con discapacidad en la portada de Vogue?

“A menudo me pregunto si la industria de la moda se ha vuelto más accesible en los últimos años o si se ha vuelto más accesible para mí”, dice Sinéad.

“Para crear un cambio significativo, no debemos diseñar excepciones, sino vías y conductos”. 

El diseño adaptable y el casting inclusivo son importantes, pero el cambio sistémico debería conducir a una industria de la moda que no sólo incluya a las personas con discapacidad, sino que sea «más accesible para todos en cualquier momento de sus vidas».
Se avanzó de manera rápida en unos cuantos años. Sinéad y su equipo en Tilting the Lens se reúnen en la oficina de Edward Enninful en Vogue House, dice la presentación de la edición de abril 2023 que resulta cien por ciento accesible. 

“Fue uno de los momentos más surrealistas de toda mi vida”, recuerda Sinéad.

En ese entonces, la Vogue británica quería hablar sobre su ambición de “replantear la moda desde la perspectiva de la discapacidad”, y Tilting the Lens exploraba cómo podrían apoyar a la revista a lo largo de este proceso, como “facilitadores continuos del aprendizaje y la educación”. 

Sobre todo, quería deconstruir: “desaprender y realmente aprender junto con las personas con discapacidad cómo sería un tema más accesible, tanto en términos del problema físico en sí mismo como de las formas en que se pueden crear espacios seguros para que las personas con discapacidad participen en el proceso.

El lanzamiento de “Replantear la moda”

El 20 de abril de 2023, con la estrecha colaboración de Tilting the Lens, la Vogue británica lanzó ‘Reframing Fashion’: una edición de portafolio que destaca la justicia, la accesibilidad, la equidad, la interseccionalidad y el orgullo de las personas con discapacidad, con Sinéad Burke como editora consultora.

En una primicia histórica para la revista, y en un evento poco común para la publicación, la edición de mayo de 2023 está disponible en braille y en versión de audio, lo que hace que la revista sea más accesible para muchos.
La edición presenta cinco portadas diferentes, cada una protagonizada por un influyente creador de cambios en el mundo de la discapacidad: Selma Blair, Ellie Goldstein, Justina Miles, Aaron Rose Philip y la propia Sinéad.

Tres personas con discapacidad intelectual en el interior de la revista Vogue

“Es un sueño hecho realidad”, dice Aaron Rose Philip, un modelo estadounidense de Antigua que en 2018 se convirtió en la primera persona negra, transgénero y con discapacidad en ser firmada por una importante agencia de modelos. 

Para Aaron Rose, la nueva edición de la Vogue británica tiene un enorme peso cultural: “Es imperativo que la industria de la moda comprenda que las personas con discapacidad son importantes y contribuyen a la moda”.

Ellie Goldstein, una modelo británica con síndrome de Down, está de acuerdo en que “la experiencia fue surrealista e increíble”. Ellie, que ha trabajado con varias megamarcas, como Gucci, Nike y Adidas, es enfática: “El mundo necesita ver más modelos con síndrome de Down. Necesitamos ser vistos y representados. Somos iguales a los demás”.

La edición no sólo presenta sesiones de fotos y entrevistas con sus cinco estrellas de portada, sino también una serie de otros talentos y defensores de las personas con discapacidad, incluida la comediante Rosie Jones, el piloto de carreras Nicolas Hamilton y la abogada Jessikah Inaba, quien recientemente hizo historia como la primera mujer negra ciega de Gran Bretaña en ser llamada al Colegio de Abogados.

Con tal amplitud de talento con discapacidad, la revista se pregunta si ¿existe un vínculo entre la discapacidad y la creatividad?

Por Redacción Yo También

 Rumbo al Oscar: la amplia brecha entre actores con y sin discapacidad  (la importancia de la diferencia)

Desde que en 1929 iniciaron los Premios de la Academia, ha habido 93 ganadores en cada categoría original; solo tres de ellos han sido histriones con discapacidad.

Abrazar la diversidad en Hollywood es un proceso continuo, en progreso e inacabado. En los últimos años se ha visto que ese cambio ha sido empujado desde las comunidades negra, la LGBTQ+ y, sorprendente, las mujeres y el famoso Me Too.

Sin embargo, hasta el momento, no ha habido un movimiento que impulse la presencia de un mayor número de actrices y actores con discapacidad en las películas que se realizan cada año y, menos, en las que se premian.

No obstante, en épocas dominadas por las redes sociales, la tecnología y las conversaciones digitales, lo logrado en 2022 por “CODA”, que no sólo ganó el Oscar a la Mejor Película, sino que dio otras estatuillas a algunos de los involucrados en su producción, sí fue una sacudida para que muchas y muchos pudieran ver la enorme brecha que existe entre ser actriz o actor con discapacidad y sin ella.

Y algunas personas que inciden en la industria fílmica de Hollywood ya empiezan a comprender que hay una deuda en la aceptación, inclusión y reconocimiento de las personas con discapacidad en las ceremonias de premiación.

Ciertamente, ha habido películas que hablan sobre discapacidad que han sido nominadas y elogiadas e, incluso, alguna recibió premios. Ejemplo de ellas son, por citar algunas, “The Theory of Everything”, “Sound of Metal”, “La forma del agua”, “Forrest Gump”, “Mi pie izquierdo” y “Rain Man”, por citar a algunas.

Sin embargo, la deuda con las actrices y actores con discapacidad sigue. Los datos son fríos: desde que en 1929 inició la entrega de estatuillas doradas ha habido 93 ganadores en cada categoría original, pero de ellos sólo tres se otorgaron a una actriz y dos actores con discapacidad. Aquí te decimos quiénes son:

Harold Russell – “Los mejores años de nuestras vidas”

En 1947, Russell fue el primer actor en ganar dos Premios de la Academia por la misma actuación. También, fue el portador de la antorcha de los ganadores del Oscar durante un largo tiempo gracias a su papel en la película pionera de posguerra de 1946: “Los mejores años de nuestras vidas”.

Harold Russell

Russell, ex trabajador de un puesto de mercado, se alistó en 1941 y apoyó el esfuerzo para impulsar la industria de guerra de Estados Unidos, después de conmoverse con el discurso del «Día de la Infamia» del presidente Roosevelt. Encargado de las responsabilidades de Instructor del Ejército, a Russell se le confió el entrenamiento de la 13a. División Aerotransportada antes de su despliegue. Durante el entrenamiento de desactivación de bombas, un explosivo defectuoso detonó mientras lo sostenía en sus manos, causándole doble amputación de la parte inferior de sus brazos.

Reportes de la época dicen que Russell, de 30 años, cayó en una profunda depresión, que le llevó a rechazar la oferta de los médicos para usar prótesis de última generación y optó por una alternativa menos estética y más práctica. Eligió dos ganchos en una decisión que finalmente cambiaría su vida.

Russell apareció en un documental del Departamento de Guerra de Estados Unidos, “Diario de un sargento”. Y William Wyler (director de “Los mejores años de nuestra vida”) quedó tan impresionado con la positividad del actor y su actitud hacia su discapacidad, que se acercó a él para invitarlo a su próximo largometraje, donde representaría la vida de los soldados que regresaban a casa después de la Segunda Guerra Mundial. El cineasta quería contar su historia de la manera más auténtica posible y lo logró.

“Los mejores años de nuestras vidas” se refiere a las historias de tres exmiembros del ejército que regresan a casa de la guerra y se espera que vuelvan a integrarse en la vida cotidiana. Debido a varios problemas relacionados con sus batallas personales para aceptar su salud física y mental permanentemente dañada, así como el clima social, político y económico en constante cambio que los rodea, los hombres se ven obligados a un doloroso proceso de examen de conciencia.

Russell interpreta a Homer Parrish, quien vuelve a casa con su prometida sin las manos después de perderlas en la guerra. El reencuentro no parece funcionar porque ella está en constante lucha con él por el disgusto que le provoca su nuevo aspecto.

Marlee Matlin – “Hijos de un Dios Menor”

Después de la victoria de Harold Russell en 1947, pasaron 37 años para que una actriz con discapacidad ganara un Oscar. En 1986, Marlee Matlin sorprendió al recibir la estatuilla a Mejor Actriz. La intérprete sorda reclamó el galardón por su interpretación de Sarah Norman en la película de Randa Haines, “Children of a Lesser God”. Después de varias enfermedades durante su temprana infancia, Matlin quedó casi completamente sorda cuando tenía dos años.

Cuando era niña, Matlin actuaba regularmente en ICODA (Centro Internacional de Sordera y las Artes, por su sigla en inglés). Desde entonces mostraba signos claros de su talento. Y fue justo en ese centro donde fue descubierta por su compañero actor, comediante y director, Henry Winkler, quien la impulsó a conseguir el papel de Sarah Norman, una joven cuya discapacidad la lleva a evitar a la gente hasta que se enamora de un hombre oyente.

Su debut en este drama romántico, la llevó a convertirse en la actriz más joven en ganar el premio a la Mejor Actriz de los Premios de la Academia cuando solo tenía 21 años, una hazaña que aún no ha sido superada por ninguno de los dos sexos. Desde 1986, Matlin ha aparecido tanto en cine como en televisión, y en 2021 interpretó a Jackie Rossi en la película de Apple TV+ ganadora del Oscar, “CODA”.

Troy Kotsur – “CODA”

Con solo nueve meses de edad, los padres y médicos de Troy Kotsur determinaron que era sordo. A partir de ahí, la futura estrella del teatro, la televisión y el cine se comunicaría en Lengua de Señas. Mostrando un gran interés por la dramaturgia, Kotsur se inscribió en el Teatro Nacional de Sordos, ejerciendo su oficio en uno de los grupos de actuación para actores con discapacidad más prestigiosos del país.

Troy Kotsur

Pese a su calidad y talento en el teatro para sordos, Kotsur no recibió su oportunidad en el cine hasta 2007. Pasó largo tiempo hasta que en 2021, fue contratado para formar parte del elenco de “CODA”, de Apple TV+, junto a Marlee Matlin. Su calidad como actor sordo fue verdaderamente reconocida con el premio al Mejor Actor de Reparto por su papel de Frank Rossi.

Por Teresa Peón y Nava

https://www.yotambien.mx/actualidad/oscar-2023-brecha-entre-actores-con-y-sin-discapacidad/

Donde la discapacidad y el clima se encuentran

 Magistral ensayo de la Discapacidad

Muy recomendable  vale la pena

La discapacidad y el colapso climático son fenómenos expansivos que entretejen sus tentáculos en nuestras realidades diarias, bienestar, políticas y comunidades.

Mediante este ensayo, trato de separar algunos de esos hilos tanto como mostrar cómo encajan en un tapiz. La obra trata de cambiar narrativas y encontrar puntos de entrada. Se trata de basarse en la justicia y el cuidado de las personas con discapacidad.

Es una invitación a pensar en las abundantes fuentes de conexión donde se encuentran la discapacidad y la justicia climática. Sumerjámonos.

Orientémosnos

Incluso sin contar con el colapso climático, el mundo ya era un lugar implacable y capacitista, para nada diseñado para nuestra prosperidad como personas con discapacidad. En Occidente, durante siglos han esperado que fuéramos lo suficientemente productivos, aptos o inteligentes, que nos adaptáramos cueste lo que cueste, que lucháramos en silencio.

Incluso ahora, las personas con discapacidad seguimos encerradas en instituciones, se nos niega la capacidad de tomar decisiones, se nos prohíbe migrar y nos criminalizan injustamente. En algunas culturas, se espera que emanemos lo sobrenatural o, por el contrario, se nos desechan como cargas o maldiciones familiares. 

Es decir, no es de sorprenderse que las personas con discapacidad nos sintamos particularmente afectadas cuando nos caen encima innumerables capas adicionales de opresión. Que nos olviden en supertormentas e incendios forestales, o que seamos considerados prescindibles en una pandemia, ya sería mucho, no importa si son ambos a la vez.

Las causas fundamentales de nuestra opresión y las causas fundamentales del colapso climático tienen mucho en común. Esta certeza es aún más clara cuando recordamos que la mayoría de las personas con discapacidad viven en el Sur Global, muchas son indígenas o personas de color, y muchas viven en la pobreza, que incluye la pobreza energética. El colapso climático corre rampante en un mundo que explota a las personas que viven marginaciones múltiples.

Entre las otras fuerzas opresivas en juego están el colonialismo y el imperialismo. Durante siglos, los colonizadores han saqueado las tierras indígenas y han derrizado ecosistemas. En Nepal, América, Nueva Zelanda y todas partes en las que viven las personas indígenas, las personas con discapacidad, y especialmente las mujeres, sienten estos impactos con mayor fuerza.

El capitalismo y las prácticas de extracción transfieren la riqueza de las comunidades locales a las empresas de combustibles fósiles. Ahora, sólo 100 empresas de combustibles fósiles son responsables de más de dos tercios de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. Muchas comunidades racializadas, que se ven cada vez más empobrecidas, y en las que también viven personas con discapacidad, sufrieron los impactos sanitarios y económicos de la extracción. Son los sistemas que valoran la producción y la riqueza sin fin por encima de todo, quienes han metido a la humanidad y al planeta en este lío gigante.

Resistamos la opresión

Es fundamental comprender la profundidad de nuestra opresión colectiva para saber por qué nosotres, como personas con discapacidad y todos aquellos que se solidarizan con nosotres, abogamos. Esto dirige nuestros esfuerzos en una dirección estratégica que promueve la reducción de daños. Aclara que la gran mayoría del colapso climático proviene de las fuentes sistémicas y corporativas. No lo causamos nosotres individualmente (¡a menos que usted, el lector, sea el CEO de una compañía de combustibles fósiles!).

Quiere decir que los mensajes que retratan a las personas, en particular a las personas con discapacidad, como ecologistas deficientes porque necesitamos pajitas de plástico para beber, porque necesitamos conducir camionetas para mantener la independencia o porque necesitamos comer carne debido a otras restricciones dietéticas, nos están usando como chivos expiatorios. En inglés esta forma particular de capacitismo se conoce como eco-ableism o ecocapacitismo (que aunque no existe una traducción exacta en español podría definirse como “el fracaso de los activistas ambientales no discapacitados en reconocer que muchas de las acciones climáticas que están promoviendo dificultan la vida de las personas con discapacidad».

El ecocapacitismo puede colarse en decisiones climáticas. Por ejemplo, al no tener en cuenta las complejidades adicionales de la mudanza con los que se enfrentan las personas con discapacidad, o diseñar planes de ciudad sin coche que eliminan las opciones de estacionamiento accesible para aquelles que aún dependen del transporte puerta a puerta.

Tiene que haber espacio para nosotres en el activismo de base, en las negociaciones internacionales, y en todo lo intermedio. Cuando entramos por la puerta, nos toca recordar a quienes todavía no están aquí y hacer preguntas sobre las realidades que señalan las personas con discapacidad que viven marginaciones múltiples. Los aliados sin discapacidad dentro del movimiento climático deberían hacer lo mismo en solidaridad con nosotres. El hacer preguntas resiste nuestra exclusión e insiste en que no debemos ser dejados de lado.

¿Qué hará la próxima negociación para impedir que los gigantes de los combustibles fósiles continúen contaminando y exacerbando las enfermedades ambientales dentro de las comunidades que ya están agotadas por sus acciones? En las regiones propensas a la sequía, ¿cómo garantizarán los planes para enfrentar al calor extremo que las mujeres con discapacidad y sus familias no estén al frente de la escasez de agua? A medida que las ciudades creen más espacios compartidos para peatones, ¿cómo nos aseguraremos de que las personas con discapacidad, incluidas las personas ciegas y sordociegas, y las personas con discapacidad intelectual, puedan caminar con confianza y seguridad?

Hagamos que el poder rinda cuentas

Les activistas de la discapacidad, y el movimiento climático, no deben permitir que los legisladores se salgan con la suya al ver a las personas con discapacidad como pérdidas esperadas. La lógica de lo inevitable detrás de la idea de que las personas con discapacidad no sobreviven ante la próxima inundación, supertormenta u ola de calor es peligrosa porque les da a los políticos un pase libre para mantener nuestra vulnerabilidad estructural. 

Esto se ha desarrollado a gran escala a medida que avanza la pandemia, relegando a mucha gente de nuestra comunidad al aislamiento y al estrés innecesario debido a que no se requieren medidas colectivas basadas en la ciencia para reducir la transmisión. Aún así, frente a múltiples crisis,

las personas con discapacidad demostramos cómo podemos priorizar en voz alta persistentemente nuestras vidas enfermas y con discapacidad y darnos permiso para exigir algo mejor que simplemente sobrevivir. 

Los líderes políticos de los países con altas emisiones tienen la influencia y la obligación moral de reducir significativamente el ritmo del colapso climático y priorizar la justicia climática a nivel local, nacional y transnacional. Su fracaso de tiempo atrás para hacer esto a la velocidad y escala requerida, debido a la meta que se puso en el acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 °C, seguirá teniendo impactos catastróficos. Mientras descubrimos cómo adaptarnos a vivir dentro del caos climático, es esencial mantener la presión sobre nuestros políticos para garantizar que la industria de los combustibles fósiles no tenga futuro. Sin una incidencia colectiva sostenida, la construcción de la soberanía indígena mediante los movimientos land-back (devolución de sus tierras a los indígenas) no puede tener éxito, las empresas de combustibles fósiles no serán derrocadas y los líderes políticos no actuarán a la velocidad y escala que exige la justicia climática.

En busca del conocimiento

¿Cuántes nos preocupamos por abogar por el clima, o bien, incluir la discapacidad en nuestra incidencia climática, porque no nos sentimos lo suficientemente expertes? A menudo he conversado con personas con experiencias relevantes que han dudado de su propio conocimiento en el nexo de discapacidad y el clima.

Es crucial ser conscientes de nuestros privilegios, eso sí, pero igual, hay que agregar nuestras perspectivas. A menudo, quienes somos más marginades nos reprimimos más. La incidencia climática es un compromiso colectivo. Necesitamos comunidades de primera línea, científiques, socorristas, economistas, psicólogues, legisladores, artistas, trabajadores de la salud, maestres y jóvenes. Necesitamos a todes.

En 2017, recién comencé a recopilar algunos materiales de capacitación sobre cómo hacer que las campañas climáticas de base sean más accesibles e inclusivas para las personas con discapacidad. 

Quería que la capacitación se basara en los impactos climáticos que enfrentan las personas con discapacidad, como cuando las supertormentas o las sequías agravan la pobreza, intensifican la escasez de viviendas accesibles, dificultan el acceso al agua potable y llevan a un acceso precario a la atención médica. En ese momento, lo mejor que pude hacer fue una búsqueda en Google. Todes tenemos que empezar por alguna parte. Adentrarme en la incertidumbre valió la pena.

Afortunadamente, durante los siguientes seis años, la cantidad de información sobre el nexo entre el clima y la discapacidad se ha disparado. He recopilado esta colección de recursos en evolución constante que contiene muchas historias, trabajos artísticos e informes que amplifican las voces cruciales de personas con discapacidad en primera línea. Muchas organizaciones de discapacidad y personas con discapacidad han hecho durante años el trabajo ingrato de responder a los desastres. Su sabiduría de resúmenes de políticas y experiencia vivida se vuelve más crucial cada día.

Si bien el conocimiento se acumula, gran parte de él permanece inaccesible, sirviendo por poco a los lectores de inglés que están bien educades y además que tienen acceso a internet. Un proyecto que intenta cambiar esto es el archivo Discapacidad y cambio climático dirigido por la profesora Julia Watts Belser. El archivo dispone de traducciones en lenguaje simple y en español.

Tomemos un enfoque integrado

La justicia climática puede parecer una cosa más en una larga lista de prioridades en competencia. Después de todo, el costo de vida, la pandemia, los abusos de los derechos humanos, los conflictos y otros desafíos incalculables compiten por la capacidad limitada de todes. Pero estas prioridades de incidencia están entrelazadas con las realidades climáticas. Juntos, exigen un enfoque integrado que vaya más allá de un solo tema.

Es poderoso nombrar y enfatizar las conexiones climáticas en la defensa de la salud, el transporte o la economía, y también lo es lo contrario. Es decir, igual tenemos que introducir esos hilos en conversaciones sobre políticas climáticas específicas. El detalle de esas conexiones depende en gran medida del contexto local, nacional o transnacional en el que trabajemos.

Vivimos en una sociedad que se enfrenta a fenómenos meteorológicos extremos frecuentes e intensos, a la pobreza energética constante y a la transición de los combustibles fósiles a empleos, ciudades y sistemas de transporte ecológicamente responsable.

Existe un imperativo urgente y continuo de dar tiempo al aire a las perspectivas de personas con discapacidad, ya que deben ser fundamentales para remodelar nuestro mundo hacia la justicia climática.

Para las personas con discapacidad, nuestras propias experiencias y las de amigues con discapacidad pueden resaltar problemas con los cuales la política no se está involucrando. No es necesario ser un experto técnico, las presentaciones de políticas climáticas a las administraciones locales o nacionales necesitan nuestras voces e historias.

La mayoría de los países se encuentran en la etapa frustrante en la que debemos recordarles a los gobiernos que consulten de manera proactiva a las personas con discapacidad y a las organizaciones de personas con discapacidad sobre la política climática. 

Para las organizaciones, mantenerse al día con los cambios de políticas puede ser agotador, por lo que es inteligente elegir de manera estratégica los puntos de enfoque e identificar brechas o áreas donde se necesita financiación. Muchas organizaciones de personas con discapacidad que ingresan al espacio climático están comenzando con el trabajo de desarrollo de capacidades para orientarse.

Encontremos comunidad y agencia

La visualización de un mundo de justicia climática y el avance hacia ello es un proyecto conjunto de toda la sociedad. No existen soluciones rápidas o respuestas fáciles en una sociedad capacitista. Pero sí hay diversas formas de encontrar nuestro lugar y agencia en el movimiento climático y espero que encuentres algo que resuene para ti.

Los espacios de defensa de la discapacidad pueden proporcionar un terreno fértil para tomar medidas climáticas centradas en la discapacidad. Un líder en este espacio es el Disability Equality Forum de Bristol, que llevó a cabo un proceso colaborativo para planificar cómo la transición climática para descarbonizar Bristol puede satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad. 

Del mismo modo, las personas con discapacidad y las organizaciones de personas con discapacidad pueden trabajar junto con las organizaciones de defensa del clima para hacerlas más accesibles, inclusivas y acogedoras para las personas con discapacidad. El Disability Equality Forum de Bristol (¡otra vez!) compiló una guía útil sobre la accesibilidad de reuniones y procesos, disponible como PDF o Word.

La exploración de la creatividad puede ofrecer un espacio para reflexionar sobre cuestiones existenciales y arraigarnos en nuestros propios cuerpos, las emociones y el lugar.

  • En una exploración de Crip Ecologies (sin traducción aún al español), Petra Kuppers nos invita a abrir la puerta principal y prestar atención a la manera en que nuestros cuerpos se relacionan con las tierras en las que vivimos y cómo nos movemos por el mundo.
  • Rebekah Ubuntu ofrece “Three Movements for Climate Justice: Despair, Hope and Healing” (Tres movimientos para la justicia climática: desesperación, esperanza y sanación) basados ​​en el desempeño.
  • Ananya Rao-Middleton da vida a las conversaciones incómodas que enfrentan con mucha frecuencia las personas con discapacidad que dependen del plástico mediante un cómic.

Los estudiantes y académicos pueden alentar a las escuelas y universidades a priorizar las perspectivas de las personas con discapacidad en su investigación y enseñanza climática. Un ejemplo de ello es la guía en inglés de enseñanza y aprendizaje sobre discapacidad y justicia climática de Molly King y sus coautores.

La convergencia del clima y la discapacidad nos exige abrir nuevos caminos en las estrategias y tácticas que utilizamos. Por ejemplo, en Melbourne, artistas y escritores recién se reunieron con las agencias de gestión de emergencias de la ciudad para crear conjuntamente una simulación de inundación. Como comparte Jonathan Craig, miembro con discapacidad del equipo artístico, el aporte de los artistas fue fundamental para atraer a muchas más comunidades de la ciudad a la sala, para brindarles nuevas formas de pensar sobre los papeles que podrían desempeñar y aprovechar las habilidades y la sabiduría de quienes antes eran vistos como beneficiarios de la ayuda.

También hay un papel para todos los que quieran crear o ampliar contenido sobre las intersecciones de la discapacidad y el clima. En el ámbito de los medios sociales, podríamos reunirnos en torno a un hashtag como #CripUpClimate, tomando inspiración de la organización transversal entre movimientos sobre el hashtag #NoBodyIsDisposable (ningún cuerpo es desechable) promulgada por organizadores de justicia de discapacidad y liberación de cuerpos gordos. 

Las redes sociales se pueden usar para hacer «green trolling» (tendencia para combatir la desinformación climática con ingenio y memes haciendo activismo desde las redes) para desafiar a las grandes petroleras. Incluso el acto de compartir por qué firmaste una petición y animar a tus amigos a hacerlo es poderoso.

Construyamos el mundo en el que queremos vivir

Cuando el conjunto de comunidades marginadas se unen, pueden crear pequeños rincones en los que pertenecen plenamente, dando así un pequeño alivio a los bolsillos del mundo al que pertenecen. Por ejemplo, fue la realidad que vivieron las personas con discapacidad negras, indígenas, de color, queer y trans en los EEUU y esto dio lugar a los marco de justicia de la discapacidad.

La incubadora de interpretación Sins Invalid, basada en California, ha establecido diez principios de justicia de discapacidad, que incluyen ser dirigidos por les más afectades, ser anticapitalista, solidaridad entre movimientos y sostenibilidad, en el sentido de escuchar nuestros cuerpos y marcarnos un ritmo individual y colectivamente. 

Todes los que luchan por desarraigar los sistemas desiguales y visualizar una realidad transformadora centrada en la atención pueden aprender mucho de la justicia para personas con discapacidad.

La justicia de discapacidad surge de las luchas y los sueños de aquelles a quienes siempre les han fallado los sistemas gubernamentales, legales y económicos coloniales. Se ocupa de realidades complejas y desordenadas por defecto porque no queda otro.

Como nos recuerda la organizadora Sarah Jama, la justicia de discapacidad puede «fomentar conversaciones más amplias sobre cómo será la construcción de un mundo que no se deshaga de las personas». Le «da a las personas el lenguaje para ser revolucionarias en su política y para imaginar un mundo en el que pertenecemos todes».

Pequeño acto tras pequeño acto, adelantamos en la creación del mundo en el que queremos vivir. Colectivamente, hay mucha sabiduría y cuidado entre nosotres, sigamos aprochedándonoslo. Estos son algunos de los lugares en que puedes explorar más a fondo:

  • El podcast Enabling Commons entrevista a personas con discapacidad conocedoras, creadoras y hacedoras de la acción y la justicia climáticas. El archivo de Discapacidad y cambio climático es otro tesoro.
  • Escritores como Leah Lakshmi Piepzna-Samarasinha Naomi Ortiz muestran cómo podemos fundamentar nuestras prácticas de cuidado colectivo por el planeta, por nosotres mismes y de cada une al otre.
  • En cuanto a la salud mental, los jóvenes organizadores del Resilience Project (Proyecto de resiliencia) con sede en el Reino Unido, capacitan a los líderes en la creación de círculos de resiliencia, los cuales son espacios intencionales para desarrollar el cuidado colectivo. La autora e investigadora Britt Wray tiene un amplio conjunto de recursos para trabajar con las emociones climáticas.

Arraigarnos para quedarnos conectados

Por mi parte, las conexiones son una gran parte de lo que significa arraigarme y estar en comunidad. El aprendizaje y el sustento en el ámbito de la instancia proviene de conversaciones con otras personas que piensan en la discapacidad y el clima, ya sea en el activismo, la academia, las políticas, la respuesta a emergencias o bien nuestras vidas diarias.

Estas conversaciones pueden ser intensamente personales, mientras lidiamos con los impactos de las supertormentas, la sequía y el calor extremo. Pueden ser una forma de resistencia y solidaridad. Recientemente encontré a una amiga activista climática con discapacidad con quien intercambié ideas sobre cómo hacer que las huelgas climáticas sean accesibles. Y eso se siente genial.

Vale la pena compartir la sabiduría de personas con discapacidad y enfermes. Podemos transmitir lo que sabemos sobre escuchar nuestros cuerpos, especialmente con personas que se ven afectadas por enfermedades ambientales o Covid persistente. Es posible que actualmente no sientan la pertenencia a la comunidad de personas con discapacidad. Estas conversaciones honestas sirven como punto de entrada a formas centradas en la discapacidad de comprender nuestro valor inherente y nuestro lugar en un mundo que no se diseña para nosotres.

Este ensayo es una obra de amor, de une activista climátique discapacitade cuya comprensión de la justicia climática ha ganado mucho de la sabiduría conjunta de las personas con discapacidad. Cada une de nosotres sigue nuestro propio camino al entrar en el espacio climático y quedarse en la lucha.

Hagamos juntes comunidad

Por Áine Kelly-Costello Twitter: @ainekc95 | Traducción por Áine Kelly-Costello y Bárbara Anderson 

*La edición original de este ensayo apareció en inglés en el newsletter Disability Debrief y puedes suscribirte de manera gratuita para recibir sus noticias. Ahí también se encuentran los agradecimientos y puedes dejar un comentario.